Depresión

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Depresión

Terapias para la depresión

La depresión es como comúnmente se conoce al conjunto de los llamados trastornos del estado de ánimo, cuyo trastorno más frecuente o al que hacemos referencia en más ocasiones es el Trastorno Depresivo Mayor. Desde algunas instancias u organismos también se define la depresión como una enfermedad. Así como los trastornos suelen tener una concepción más general y un carácter no permanente o susceptible al cambio, la depresión también podría ser encuadrada dentro del grupo de enfermedades al tener esta un conjunto de signos y síntomas identificables, así como un curso o avance predecible (en mayor o menor medida).

La depresión causa un daño significativo en nuestra vida, que se hace patente en las dinámicas del día a día, en cualquiera de las áreas de la vida, por lo que es necesario acudir a un profesional para ayudarte con una terapia para la depresión. Según la Organización Mundial de la Salud, la depresión afecta a más de 300 millones de personas en todo el mundo.

A menudo, la depresión puede ir suele ir acompañada de otros trastornos o dificultades, como diferentes cuadros de ansiedad

Síntomas físicos de la depresión

La depresión es una enfermedad que cada vez tiene más incidencia en nuestra vida cotidiana. Existen muy diversos síntomas físicos que pueden caracterizarla, aunque la depresión suele manifestarse de diferente forma en cada persona.

Principales síntomas físicos de cuadros depresivos:

  • Pérdida o alteración del apetito
  • Alteración del sueño
  • Alteración de la alimentación
  • Dolores de cabeza
  • Malestar muscular
  • Problemas respiratorios
  • Disminución del deseo sexual
  • Dificultades gastrointestinales
  • Problemas cardíacos

Causas de la depresión

La depresión no es una enfermedad que sea causada por una sola variable. Una depresión se da como una combinación de variables biológicas y situacionales. De esta forma, cambios a nivel biológico, tales como descompensaciones en la neuroquímica del cerebro, combinados con determinadas situaciones de nuestra vida, pueden provocarnos una depresión.

Por ello, el cómo se nos presente la depresión depende de las variables que hayan influido en que esta se desarrolle, y es por ello por lo que la depresión puede vivirse de muchas formas diferentes.

Tipos de depresión

Se pueden distinguir los siguientes tipos de depresión:

  • Trastorno depresivo mayor:

    Es el más frecuente y reconocible (aparece en la mayoría de casos en los que se habla de depresión). En este tipo de depresión aparece un alto grado de inhibición conductual, apatía y pérdida de la motivación por muchas de las actividades de la vida cotidiana.
  • Distimia:

    Es similar al trastorno depresivo mayor, solo que, en este caso, la intensidad de los síntomas es menor, aunque la distimia tiene un carácter más crónico que el trastorno depresivo mayor.
  • Trastorno adaptativo:

    Aquí el malestar y los síntomas se presentan como una respuesta a cambios en nuestra vida a nivel situacional y no tanto biológico, por lo que sus síntomas no son duraderos ni crónicos.
  • Otros tipos de depresión:

    Existen trastornos depresivos diferentes a los anteriores que tienen características muy particulares y, además, suelen presentarse junto con otros cuadros clínicos, como el trastorno bipolar, o incluso pueden presentarse con otros cuadros relativos a enfermedades o trastornos no psicológicos/psiquiátricos, como sería el caso del cáncer.

Un caso especial: la depresión post-parto

La depresión post-parto se suele dar cuando una mujer da a luz y trae un bebé al mundo, puede darse la situación de que dicha mujer experimente un cúmulo de emociones muy intensas. Tanto es así, que este cúmulo de emociones pueden desencadenar una depresión.

Se puede presentar justo después del parto o también puede presentarse hasta meses después del nacimiento del bebé.

Las causas de la depresión post-parto suelen estar relacionadas con los cambios que genera esta nueva situación vital tan importante, que van desde la percepción de la apariencia del cuerpo, pasando por la gestión de los tiempos para el cuidado del bebé, hasta el cuestionamiento de las capacidades o conocimientos necesarios para llevar a cabo el rol de madre.

Consecuencias de la depresión

Existen muchas repercusiones ante el padecimiento de este trastorno del estado de ánimo. Por áreas vitales, estas suelen ser las consecuencias de la depresión más frecuentes:

  • Consecuencias personales:

    A menudo, la depresión suele tener un carácter bastante incapacitante, hasta tal punto que puede llegar a causar falta de motivación por realizar cualquier tipo de actividad, e incluso puede producir una falta de placer ante actividades que previamente habían producido placer. Además, no hay que olvidar que la depresión influye mucho en los suicidios, un problema que cada vez está adquiriendo más visibilidad y que, gracias a esta visibilidad, se está empezando a generar una cierta conciencia de algunas dificultades, problemas y trastornos psicológicos.
  • Consecuencias en la pareja:

    La depresión puede alterar la vida en pareja de muchas formas diferentes, causando problemas de pareja. Muy frecuentemente existe una pérdida de deseo sexual en quien la padece. Esta pérdida de deseo no siempre es gestionada de la forma más adecuada, ya que a pesar de que la depresión es algo que afecta a mucha gente, para gestionar estas situaciones es necesaria la comprensión de lo que le está sucediendo a la persona, empatía y asertividad.
  • Consecuencias sociales:

    Es habitual que quienes padecen depresión reduzcan drásticamente las actividades sociales que a menudo suponen momentos de distensión y diversión. La pérdida de motivación está muy presente en los procesos depresivos. Para un curso de la depresión con mejor o peor pronóstico es muy importante que el círculo más cercano de la persona que padece depresión comprenda el proceso que implica una depresión y actúen con dicha persona de una forma justa, no dándole la espalda únicamente porque esa persona no tenga ganas de quedar en la medida en que lo hacía antes.
  • Consecuencias familiares:

    Las relaciones con los miembros de la familia pueden verse alteradas en el caso de que un miembro de la familia padezca depresión. La incomprensión de la depresión o la falta de habilidades sociales o empáticas puede acentuar las ya difíciles situaciones de la persona que padece depresión en el ámbito familiar.
  • Consecuencias laborales:

    A pesar de que la depresión es algo muy presente, por desgracia, en la vida de muchas personas, esta puede acarrear problemas en el trabajo. La pérdida de motivación y los estados de ánimo desadaptativos propios de la depresión pueden suponer un absentismo laboral o una notable pérdida de rendimiento, que a su vez puede traducirse en despidos o situaciones tensas en el ámbito laboral. Esto, a su vez, puede afectar a la propia evolución de la depresión de la persona, reforzando sentimientos negativos de inutilidad o de desinterés por el trabajo.

Tratamiento de la depresión

La depresión que se presenta de forma más frecuente es el trastorno depresivo mayor.

Salir de la depresión no es fácil. Para dicho trastorno, el mejor tratamiento de la depresión suele ser el combinado. Es decir, la mayor eficacia se consigue combinando terapia psicológica con intervenciones psiquiátricas. No obstante, desde hace muchos años, los estudios apuntan a la necesidad de una intervención psicológica como el pilar fundamental para el pronóstico favorable de los y las pacientes con depresión. Por lo tanto, la medicación, sin más, no suele ser eficaz en este tipo de trastornos del estado de ánimo.

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