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El pasado no vuelve, y el futuro es incierto… ¡Me quedo en el presente!

“El Mindfulness es la conciencia que emerge de prestar atención al momento presente, con un propósito y sin juzgar. No hay un por qué, todo esto se hace al servicio de la sabiduría y de la compasión, para vivir y llevar una vida plena de sentido” Jon Kabat-Zinn.

Podríamos decir que esta corriente se compone de un conjunto de técnicas de amplia eficacia demostrada para mejorar la concentración, el estado de ánimo, y la calidad de vida entre otros aspectos; aunque en realidad es una filosofía de vida, que nos permite fluir con el presente.

Dentro del Mindfulness, el programa más estudiado a nivel científico es el MBSR, Reducción del Estrés Basado en la Conciencia Plena, de Jon Kabat-Zinn. Dicho programa consta de 8 semanas en las que el paciente aprende a aplicar estas técnicas en su vida diaria y obteniendo así numerosos beneficios.

El principio fundamental del Mindfulness consiste en la atención plena al momento presente, es decir, centrarnos en el aquí y ahora manteniendo la consciencia al 100% en aquella actividad que estamos realizando; recordemos que el pasado ya no existe y el futuro aún no ha llegado, sólo podemos vivir el presente, así que vamos a intentar conseguir un estado de “Flow”, manteniéndonos totalmente concentrados y absortos en él.

OTROS PRINCIPIOS DEL MINDFUNESS

 

Apertura a la experiencia: ser capaces de observar todo lo que ocurre, como si fuese la primera vez que tenemos esa experiencia, sentimiento, o realizamos esa actividad. Tener curiosidad, tanto para lo agradable, como para lo desagradable.Da igual si lo que está ocurriendo es bueno, malo, regular o genial, la claves es no hacer valoraciones de lo que ocurre; sólo centrarse en lo que está ocurriendo. Observar nuestras sensaciones corporales (desde la cabeza a los pies), nuestras emociones, nuestros pensamientos y algo fundamental… NUESTRA RESPIRACIÓN.

Dejar pasar: no engancharnos con ningún tipo de pensamiento o emoción que haga suya nuestra atención. Todo en el mundo de lo material dura un cierto tiempo y desaparece después.

Aceptación: NO JUZGAR pensamientos, sentimientos o percepciones, ser capaces de fluir tanto con las experiencias agradables, como con las que no lo son tanto, y aceptar que son limitadas en el tiempo. Es imprescindible ser conscientes de lo que nos llega, capaces de adaptarnos a las diferentes situaciones y aceptar que hay cosas que son inevitables, como por ejemplo cometer un error. El dolor, las equivocaciones y la incertidumbre son naturales, si las aceptamos, aprenderemos a gestionarlas mejor y a utilizarlas para nuestro beneficio; por el contrario, si nos resistimos a ellas, nos producirán sufrimiento y problemas graves.

No tener intención: la práctica del Mindfulness no lleva a ningún propósito concreto, simplemente se practica la conciencia plena en aquella actividad que estamos realizando; siendo necesarias la motivación, la disciplina y la constancia para esa práctica continuada, ese es el propósito.

 

Estas técnicas tienen numerosos beneficios para nosotros y, a priori, son sencillas. Sin embargo, no vamos a engañar a nadie, no son una “pastilla mágica”, ni son rápidas ni fáciles al inicio; es necesario que seamos persistentes y constantes en su práctica, entrenando a diario, para comenzar a notar esos beneficios, convirtiendo esta habilidad en un hábito más dentro de nuestro estilo de vida.

Algunos de estos beneficios del mindfulness se traducen en:

  • Reducción del estés.
  • Aumento de la capacidad de atención y concentración.
  • Ayuda a cambiar de perspectiva.
  • Ayuda a controlar el “ruido” de nuestra mente.
  • Mejora la calidad de vida en enfermedades crónicas como el cáncer o dolor crónico.
  • Reducción de síntomas de ansiedad y depresión.
  • Ayuda a conciliar el sueño.
  • Mejora el estado de ánimo.

EN RESUMEN:

Para poder crear estos hábitos Mindfulness podemos usar varias técnicas diferentes como los anclajes a la respiración, los escaneos corporales, la atención a los sentimientos y pensamientos, etc. Siempre al inicio, es recomendable que estén supervisadas por un especialista, un psicólogo con experiencia en estas técnicas.

Lo que sí es básico, y sin ello no conseguiremos desarrollar el hábito del Mindfulness, es el entrenamiento de la respiración, nos ayuda a anclaros al momento presente y así evitar pensar en “que tengo que hacer mañana o que me faltó por hacer ayer”.

Ser capaz de atender a aquello que está ocurriendo en este momento de manera abierta y consciente, aquí y ahora, independientemente de que sea algo positivo, negativo, o neutro, y estar abiertos a la experiencia actual con curiosidad e interés; eso es Mindfulness.

Para saber más:

  • Kabat-Zinn, J. (2009). Mindfulness en la vida cotidiana. Donde quiera que vayas ahí estás. Paidós.
  • Kabat-Zinn, J. (2012). Mindfulness para principiantes. Kairós.
  • Siegel, R. D. (2011). La solución Mindfulness. Soluciones prácticas para problemas cotidianos. Desclée de brouwer.

 


Lara Jiménez Martín

Nº. Col. CL-4751

6 respuesta a “El pasado no vuelve, y el futuro es incierto… ¡Me quedo en el presente!”

  1. El presente pasa muy rápido. No hay que darle mucha importancia tampoco, si puede ser. No hay que darle una importancia excesiva ni al pasado ni al presente ni al fúturo. Simplemente dejarse llevar por la vida.

    1. ¡Hola Luis! Lo que intentamos decir en este post, es que pensar en el pasado ya no sirve de nada…y pensar en el futuro suele relacionarse con la ansiedad (cuando nos preocupamos por algo que ni sabemos si va a suceder). Por eso hacemos tanto énfasis en el presente, en el fondo no dista mucho de tu forma de ver las cosas, hay que fluir y todo llegará y podremos con ello.

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